Grabación del vídeo "Castillo de Overa, ochocientos años de historia". Antonio Rubio y otros participantes. Foto:J.Pardo. |
El establecimiento del Reino
de Granada sitúo a las poblaciones del actual municipio de Huércal-Overa, en la
frontera entre dos reinos, dos religiones y dos culturas, provocando unas
dinámicas históricas, sociales y económicas singulares, que determinarían en
buena medida el devenir de estas localidades.
Overa[1] está en un cruce de
caminos, pero no es una encrucijada más. La disposición de las cordilleras
béticas que se extienden longitudinalmente de este a oeste, facilita las
comunicaciones en esta dirección, pero dificultan en mucho las comunicaciones en dirección norte-sur. Si hasta la Edad
Moderna las páginas más importantes de la historia europea se escribieron en
torno al Mediterráneo, las vías de comunicación que comunican el litoral con el
interior peninsular han tenido una importancia singular. En una de estas vías,
el valle del río Almanzora, se asienta Overa. El Almanzora trazando un arco en
dirección noreste, comunica la costa de la Depresión de Vera y la antigua
ciudad de Baria, con la Cuenca de Baza y la histórica ciudad de Basti. El lugar
era conocido a finales del siglo XV con la denominación de Bocas del Almanzora,
aquí el río comenzaba a cortar la Sierra de Almagro, construyendo meandros, que
fueron aprovechados para desarrollar estrechas huertas.
Pero también Overa comunicaba
a través del Barranco de las Casas y la Rambla del Bobar con el Campo de
Huércal y por Nogalte (Puerto Lumbreras), con el Valle del Guadalentín y la Ciudad
de Lorca, este era el Camino Real. Desde Huércal se abre un amplio camino que
conduce a Levante. Sin dificultades geográficas, transcurre esta ruta a través
del Reino de Murcia y llega hasta la ciudad de Alicante. Hacia el Oeste, el
camino de la Ballabona conduce hacia la Depresión de Vera y a través del valle
del Río Aguas, comunica con Sorbas, el
desierto de Tabernas y el Valle del Río Andarax y la Ciudad de Almería.
Las comunicaciones serán por
obra de la orografía más fáciles y fluidas con el levante Lorca y el reino de
Murcia. Hacia el interior serán Baza y el altiplano granadino, (Huescar,
Galera, La Puebla de Don Fadrique…). Las fuentes documentales subrayan el
sentido de estas comunicaciones.
Si el río Almanzora es una
importante vía de comunicación también proporciona los recursos hídricos
necesarios para la vida, y en Overa además disfruta de una ventaja añadida en
la llamada Cubeta de Overa, un acuífero detrítico pliocuaternario[2] que ha servido, a través
de los siglos de reserva hídrica en los estiajes del río o en los periodos de
sequía. A este tenor son muy ilustrativos los fotogramas aéreos de los vuelos americanos de 1945 y 1946, donde se
puede observar el río totalmente seco y como, en el entorno de Overa en las
llamadas Bocas del Almanzora, se ve surgir el agua que fertiliza las huertas de
la propia Overa y todos los cultivos del curso que discurre en el interior de
la Sierra de Almagro.
Las llamadas danas, antes
denominadas gotas frías, provocan lluvias torrenciales sobre la comarca del
Almanzora, produciendo riadas, que dado el desnivel que presenta el curso
fluvial son especialmente violentas, provocando la destrucción de los cultivos
y la erosión del suelo fértil. En los periodos en los que el agua abundaba, el
clima templado favorecía la fertilidad de los campos. Por el contrario la
cíclicas sequias dificultaban la subsistencia en un medio a menudo deficitario
de recursos hídricos.
La población estaba expuesta a
estos condicionantes geográficos y experimentaba oscilaciones tanto en su
número total como en los patrones de asentamiento.
La explotación ganadera, fue
sin duda importante, Overa tenía su propia dehesa y los pastos de la Ballabona,
ganados de distinta procedencia se pueden documentar, buscando buenos lugares
de invernada. Están documentados Los Vélez, el Almanzora, Hoya de Baza,
Altiplanos granadinos, Sierra de Segura, Noroeste de Murcia y Cuenca.
CENSOS
DE VECINOS DE HUÉRCAL Y OVERA
1495[3]
|
1528
|
1530
|
1561
|
|
Huércal
|
25
|
42
|
52
|
126
|
Overa
|
75
|
38
|
53
|
53
|
Si observamos la serie de
datos demográficos conocidos vemos como la población en Huércal experimenta un
crecimiento continuado a lo largo del siglo XVI, e invierte la cifra con
respecto a Overa. Overa más poblada antes de la conquista de 1488, va a ir
perdiendo población hasta situarse por detrás de Huércal. El dato de la huida a
África tras la conquista de pobladores overatenses, es ofrecido por el
historiador local Enrique García Asensio[4]. A mi juicio, este hecho
se ve reflejado en el descenso poblacional experimentado entre 1495 y 1528 que
deja a Overa con 38 vecinos. Tras esta crisis poblacional el número de
habitantes se recuperaría en parte para mantenerse estable hasta 1561, en esta
fecha podemos calcular unos 292 habitantes para la población del Almanzora.
La campaña de 1488 se
sustanció para la corona de castilla sin necesidad de esfuerzo bélico alguno. El
rey Fernando el Católico estableció su campamento junto a la ciudad de Vera, y
allí acudirían a capitular los alcaides de Huércal y Overa, las condiciones
para los musulmanes granadinos, ahora mudéjares serían ventajosas. Desaparecía
la frontera murciano-granadina surgida como consecuencia del establecimiento
del Reino de Castilla, sobre el antiguo protectorado murciano, en 1266. A un
lado el Reino Castilla, cristiano y al otro el Emirato Nazarí de Granada, musulmán.
A poco de la capitulación, los
Reyes Católicos dieron a la ciudad de Lorca los lugares de Huércal y Overa por
una carta de donación dada en Villena en 2 de agosto de 1488[5]. Las fortalezas existentes
fueron entregadas en el caso de Huércal a Martín Fernández Fajardo y Overa a
Tomás de Morata, poderosos lorquinos que ejercieron de alcaides hasta la
entrega de las fortalezas a la ciudad de Lorca. Overa sería entregada sin
contradicción. Tomás de Morata había ejercido el cargo de alcaide de la
fortaleza en nombre de los Reyes Católicos y a partir del 17 de septiembre de
1488 en nombre de la ciudad de Lorca.
En el terreno religioso el
Obispado de Cartagena aspiraba incluir los Vélez y el Almanzora dentro de su
territorio, pero solo mantuvo en su poder Huércal y Overa, y esto tras un
pleito con el Obispado de Almería, que no concluiría hasta 1552.
Posteriormente Overa sería
empleada como moneda de cambio por el Concejo lorquino. En 9 de abril de 1498, un
década después de la conquista castellana, los ediles de Lorca obtienen para
trocar con el marqués de Villena, según lo entre ellos convenido, el lugar de
Overa por el de Xiquena y Tirieza, que eran de dicho marqués. Noticias que
mantendrían expectantes y atribulados a la población mudéjar residente en
Overa. Este trueque no llegaría a verificarse a pesar de las distintas
licencias, peticiones y pleitos generados.
Lorca instituiría el cargo de
alguacil que representaba a la comunidad mudéjar ante el concejo, resaltamos el
caso de Pedro Felices, estableciendo una diferencia social y económica. En su
solicitud poara ir a la Corte afirma:
“Pedro
Felizes, veçino de Overa, dize que el quiere ir a Castilla e a la Corte. E que
él, porque él sea conosçido, que le manden dar un testimonio e fe de como él es
veçino de Overa, e es rico e principal en el dicho lugar de Overa, para que el
sea conosçido por tal”.
La ubicación de Overa en el
Reino de Granada y la jurisdicción sobre el lugar de la ciudad de Lorca,
provocaba una carga impositiva importante, manifestada en impuestos propios de los moriscos del Reino de
Granada: Farda de la mar y Servicio Ordinario y los gestionados a través de
Lorca: Reales, alcábalas, tercias y servicios extraordinarios.
El cristiano nuevo o morisco
surge de los bautismos masivos de la población mudejar ordenados en 14 de
febrero de 1502. Abandonaban así nominalmente su religión musulmana. A nivel
administrativo este nuevo estatus permitió que Overa tuviera alcaldes y
concejo, siempre tutelado por Lorca.
En la navidad de 1568, los
moriscos se alzan contra el poder de Felipe II, y nombra por su rey a Aben
Humeya.
En septiembre de 1569 Abén
Humeya deseando extender la rebelión al levante almeriense establece en Lubrín
su Estado Mayor. El líder de Lubrín, “el Chiquí”, lo acoge y aprovisiona a sus
tropas, que están llegando en contingentes desde las Alpujarras.
Comienzan las acciones bélicas
Farax Aben Farax “el Negro” desde Zurgena ataca Arboleas, sin éxito. Un morisco
de Overa, Ponce, comienza a asaltar a todos los arrieros que viajan de Pulpí a
Vera. Se intenta así, aislar la Axarquía almeriense de Murcia, desde donde
Vera, Cuevas y Mojácar podían recibir ayuda.
El principal objetivo es Vera,
cuyo dominio da el acceso al litoral mediterráneo. A las 8 de la mañana del día
25 de septiembre de 1569 se lanzan sobre la ciudad de Vera. Los vecinos se
defienden tras sus murallas.
Avisadas las tropas lorquinas
no tardan en ponerse en marcha y acudir a Vera. Desde Murcia sale otro
contingente, que no llega a entrar en Vera, permaneciendo en Pulpí, acción muy
criticada posteriormente, por ser calificada de cobardía. Abén Humeya, al ser
avisado de la llegada de los cristianos, huye hacia Cuevas, produciéndose allí
un saqueo en toda regla por los soldados cristianos.
Las vicisitudes de los moriscos de Overa son dispares, tenemos
el caso del citado Ponce que toma parte en la rebelión y sin duda implicado en
la quema de la Iglesia de Overa. Por otro lado la morisca que avisa al
sacerdote beneficiado Pedro Oller y consigue salvarle la vida. Moriscos de la
facción insurgente pretendían freír en aceite hirviendo al clérigo, la morisca
le salió al paso y le advirtió del peligro que corría. Por otro lado sabemos
que buena parte de la población abandono el lugar y se refugió en la Sierra de
Almagro, como también hicieron moriscos de Huércal y Cuevas.
La aventura de esa rebelión
terminará pocos meses después en mayo de 1570, tras el previo asesinato de Aben
Humeya en Laujar de Andarax el 20 de octubre de 1569.
El decreto de expulsión no
tardó en llegar, fue fechado 1 de noviembre de 1570. Los moriscos overatenses
serían obligados a marchar de su tierra, los que sobrevivieron a la deportación
fueron ubicados en tierras de la actual Castilla-La Mancha, El poblamiento en
Overa tardaría en recuperarse pues el Consejo de Repoblación permitiría que
solo se poblará en núcleo de Huércal.
Para concluir manifestar que
el estudio arqueológico de este asentamiento permitiría entender la dinámica de
poblamiento de esta parte del reino granadino que además adolece de estudios en
profundidad.
El abandono de los yacimientos
tardorromanos en favor de otras ubicaciones, el surgimiento de un nuevo núcleo
como Vera, con una mezquita fundada en el 868 (Al Udri) pero que en que aún en
el siglo XII, en palabras de Al Idrisi seguía siendo un Hins, y el proceso
hasta situarse a la cabeza de este sector fronterizo en época nazarí. Las
relaciones con los distritos de Almería, Baza, Lorca o Murcia. Y las
posibilidades de recuperar material arqueológico abundante tras el repentino
abandono de los habitantes moriscos. Todos
estos temas e incognitas y muchas otras, señalan a Overa como un lugar de importancia central para reconstruir la historia del pasado islámico
almeriense.
Antonio J. Rubio Simón en un momento de su ponencia. |
[1]
Nos referimos en este estudio a la
localización de la Overa tardomedieval y moderna, en la pequeña población de
Santa Bárbara, en la actualidad se asocia el topónimo Overa, con el núcleo de
Los Menas.
[2]
Atlas
hidrogeológico de Andalucía. Instituto Tecnológico Geominero de
España; Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía;
Consejería de Trabajo e Industria de la Junta de Andalucía. 1998, p. 162,
[3] Tomamos esta tabla de JIMÉNEZ ALCAZAR,
Juan Francisco. Huércal y Overa de
enclaves nazaríes a villas cristianas. Huércal-Overa. 1996, p. 59. La
completamos con los datos del Censo de
Pecheros. Carlos I. 1528. Tomo I, INE. Madrid, 2008, pag.410.
[4] GARCÍA ASENSIO, Enrique. Historia de la Villa de Huércal-Overa y su
comarca. Murcia. 1909, p. 372. “El pueblo de Overa, especialmente, sufrió
una gran disminución, porqué la mayor parte de su vecindario optó por
abandonarlo y marchar a África"
[5] Documentos de los Reyes Católicos (1475-1491).
Edición de Andrea Moratalla Collado. Colección de documentos para la historia
del reino de Murcia. XIX. Murcia. 2003, p.649.
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