lunes, 24 de febrero de 2020

LA LARGA LUCHA DE OVERA VIVA POR EL CARNAVAL DE OVERA. Por el equipo de Overa Viva

Cartel de la Campaña de Overa Viva para declaración de Fiesta de Interés general. año 2015.
    Estamos de enhorabuena, el carnaval de Overa y Overa Viva están recibiendo muchas distinciones y premios de las instituciones públicas. En este año 2020, acabamos de recibir la Mención Especial del Excmo. Ayuntamiento de Huércal-Overa por la defensa del Patrimonio Histórico y Cultural en la celebración del día de Andalucía y del Villazgo. El carnaval de Overa es uno de los grandes Patrimonios culturales que nos legaron nuestros antepasados y debemos conservarlo y difundirlo con orgullo.
     Creemos llegado el momento de recapitular y hacer un poco de memoria de la larga lucha de Overa Viva por el carnaval de overa:
        Entre los años 2010 y 2011 estuvimos investigado en los origines, historia, vestuario, ceremoniales...etc. de las distintas manifestaciones del carnaval de Overa. De este estudio nacieron importantes artículos de nuestros directores en aquel momento: Ana García, Alonso Martos y Juan Pardo. 
Grabación del programa de Canal Sur Tv. "Andalucía de Fiesta". año 2019.

    Su publicación en distintos medios de comunicación y especialmente en el blog de Overa Viva www.OveraViva.blogspot.com dio lugar a que llegará y se conociera en las instituciones culturales provinciales y autonómicas.
Campaña "Patrimonio Inmaterial de Andalucía". Mascaras vistiéndose. Año 2012.

    El carnaval del año 2012 marca un hito en la pequeña historia del Carnaval de Overa. El trabajo realizado en años anteriores prendió en la población de Overa que se volcó en la organización y rehabilitación de su carnaval y de sus tradiciones. Decenas de grupos de mascaricas de Curucurú salieron a las calles en toda la semana del carnaval, Las máscaras de camisa o peloteros se multiplicaron, recuperando a muchas personas que hacía años que ya no se vestían… Hasta los osos salieron de nuevo después de décadas desaparecidos… Y el  gran pasacalles de comparsas del sábado por la noche fue extraordinario. En la fiesta del carnaval en la carpa no cabía ni un alfiler. Vinieron comparsas de varias localidades cercanas. Momentos que han quedado grabados en la memoria colectiva de nuestra localidad.
Integrantes de Overa Viva con la presentadora de Andalucía Directo. Año 2017
    Conseguimos, en este año 2012, que vinieran a estudiar nuestro carnaval desde el Atlas de Patrimonio Inmaterial de Andalucía, desde la Delegación de Cultura de Almería y desde el Instituto de estudios Almerienses… Así como que se difundiera por medio de todos los periódicos provinciales, radios, Tv locales y portales de internet.
El Carnaval de Overa en los medios de comunicación. La voz de Almería.
    Todos los integrantes de Overa Viva se implicaron a fondo e hicieron realidad lo que años antes parecía imposible: La unión de un pueblo en torno a sus tradiciones. Se creó una distinción a las personas o instituciones que luchaban por la pervivencia de nuestro carnaval. En esta primera edición se le otorgo a Alonso Martos Parra, referente y gran maestro de las máscaras de camisa o peloteros. A la entrega de premios asistieron las máximas autoridades locales y muchos invitados de pueblos cercanos.
El Carnaval de Overa en los medios de comunicación. Periódico IDEAL.
    En los años siguientes se fue desarrollando y extendiendo nuestro carnaval a otras barriadas como Santa Bárbara, La Concepción, Palacés… Que volvieron a recuperar su carnaval tradicional, olvidado por muchos años. Cada vez su fama y difusión era más grande. Overa Viva consiguió hacerlo llegar hasta Canal Sur Tv, que rodó dos programas: Andalucía Directo y Andalucía de Fiesta. El carnaval de Overa era conocido en toda Andalucía en todo su maravilloso esplendor.
   
Cartel anunciador carnaval de Overa 2018.

    El año siguiente se continuó el esfuerzo y también fue un año muy bien organizado, solventando todas las dificultades con entrega, trabajo e ilusión.
    Este año 2020, con la colaboración del Ayuntamiento se ha vuelto a crear la Comisión del Carnaval y están haciendo un buen trabajo para conseguir un carnaval de Overa espléndido…
     En todos estos años Overa Viva no ha dejado de publicar estudios, trabajos, reportajes, vídeos, fotografías…del Carnaval de Overa todos los años y en todos los medios. Se ha convertido en una de las tradiciones culturales más conocidas de la provincia de Almería. A sus eventos acuden periodistas, medios de comunicación, fotógrafos, visitantes…
    Mientras tanto no han cesado de conseguirse distinciones y premios a nuestro carnaval de Overa:
-          Declarado Patrimonio Inmaterial de Andalucía (año 2012).
-          Fiesta Singular de Almería (año 2013)
-          Fiesta de Interés General Local (año 2016).
Este año 2020 se ha distinguido a Overa Viva en los actos del día de Andalucía y del Villazgo por su trabajo en defensa del Patrimonio Histórico y Cultural (entre ellos y prioritariamente, el Carnaval de Overa).

     Y seguiremos luchando, estudiando, trabajando… Con ilusión y entrega por el Carnaval de Overa en todas sus manifestaciones.
        ¡¡¡VIVA EL CARNAVAL DE OVERA…!!!



Tríptico de difusión del Carnaval de Overa. Año 2012.
 Gracias a todos los integrantes de Overa Viva: Directivos, colaboradores, amigos...Con su trabajo e Ilusión constante están promocionando una tradición única y genuina de Andalucía Y UN IMPORTANTISIMO LEGADO CULTURAL DE NUESTROS ANTEPASADOS... ¡¡GRACIAS...!!!

* SÍ QUIERES SABER MUCHO MÁS NO DEJES DE VISITAR NUESTRO BLOG:

 
                               www.OveraViva.blogspot.com 



miércoles, 12 de febrero de 2020

OVERA TRAS LA CONQUISTA CASTELLANA DE 1488. Por Antonio J. Rubio Simón.


Grabación del vídeo "Castillo de Overa, ochocientos años de historia". Antonio Rubio y otros participantes. Foto:J.Pardo.

    El establecimiento del Reino de Granada sitúo a las poblaciones del actual municipio de Huércal-Overa, en la frontera entre dos reinos, dos religiones y dos culturas, provocando unas dinámicas históricas, sociales y económicas singulares, que determinarían en buena medida el devenir de estas localidades.
Overa[1] está en un cruce de caminos, pero no es una encrucijada más. La disposición de las cordilleras béticas que se extienden longitudinalmente de este a oeste, facilita las comunicaciones en esta dirección, pero dificultan en mucho las comunicaciones  en dirección norte-sur. Si hasta la Edad Moderna las páginas más importantes de la historia europea se escribieron en torno al Mediterráneo, las vías de comunicación que comunican el litoral con el interior peninsular han tenido una importancia singular. En una de estas vías, el valle del río Almanzora, se asienta Overa. El Almanzora trazando un arco en dirección noreste, comunica la costa de la Depresión de Vera y la antigua ciudad de Baria, con la Cuenca de Baza y la histórica ciudad de Basti. El lugar era conocido a finales del siglo XV con la denominación de Bocas del Almanzora, aquí el río comenzaba a cortar la Sierra de Almagro, construyendo meandros, que fueron aprovechados para desarrollar estrechas huertas.

     Pero también Overa comunicaba a través del Barranco de las Casas y la Rambla del Bobar con el Campo de Huércal y por Nogalte (Puerto Lumbreras), con el Valle del Guadalentín y la Ciudad de Lorca, este era el Camino Real. Desde Huércal se abre un amplio camino que conduce a Levante. Sin dificultades geográficas, transcurre esta ruta a través del Reino de Murcia y llega hasta la ciudad de Alicante. Hacia el Oeste, el camino de la Ballabona conduce hacia la Depresión de Vera y a través del valle del Río Aguas,  comunica con Sorbas, el desierto de Tabernas y el Valle del Río Andarax y la Ciudad de Almería.
    Las comunicaciones serán por obra de la orografía más fáciles y fluidas con el levante Lorca y el reino de Murcia. Hacia el interior serán Baza y el altiplano granadino, (Huescar, Galera, La Puebla de Don Fadrique…). Las fuentes documentales subrayan el sentido de estas comunicaciones.
    Si el río Almanzora es una importante vía de comunicación también proporciona los recursos hídricos necesarios para la vida, y en Overa además disfruta de una ventaja añadida en la llamada Cubeta de Overa, un acuífero detrítico pliocuaternario[2] que ha servido, a través de los siglos de reserva hídrica en los estiajes del río o en los periodos de sequía. A este tenor son muy ilustrativos los fotogramas aéreos de los  vuelos americanos de 1945 y 1946, donde se puede observar el río totalmente seco y como, en el entorno de Overa en las llamadas Bocas del Almanzora, se ve surgir el agua que fertiliza las huertas de la propia Overa y todos los cultivos del curso que discurre en el interior de la Sierra de Almagro.
    Las llamadas danas, antes denominadas gotas frías, provocan lluvias torrenciales sobre la comarca del Almanzora, produciendo riadas, que dado el desnivel que presenta el curso fluvial son especialmente violentas, provocando la destrucción de los cultivos y la erosión del suelo fértil. En los periodos en los que el agua abundaba, el clima templado favorecía la fertilidad de los campos. Por el contrario la cíclicas sequias dificultaban la subsistencia en un medio a menudo deficitario de recursos hídricos.
La población estaba expuesta a estos condicionantes geográficos y experimentaba oscilaciones tanto en su número total como en los patrones de asentamiento.
La explotación ganadera, fue sin duda importante, Overa tenía su propia dehesa y los pastos de la Ballabona, ganados de distinta procedencia se pueden documentar, buscando buenos lugares de invernada. Están documentados Los Vélez, el Almanzora, Hoya de Baza, Altiplanos granadinos, Sierra de Segura, Noroeste de Murcia y Cuenca.

CENSOS DE VECINOS DE HUÉRCAL Y OVERA

1495[3]
1528
1530
1561





Huércal
25
42
52
126
Overa
75
38
53
53

    Si observamos la serie de datos demográficos conocidos vemos como la población en Huércal experimenta un crecimiento continuado a lo largo del siglo XVI, e invierte la cifra con respecto a Overa. Overa más poblada antes de la conquista de 1488, va a ir perdiendo población hasta situarse por detrás de Huércal. El dato de la huida a África tras la conquista de pobladores overatenses, es ofrecido por el historiador local Enrique García Asensio[4]. A mi juicio, este hecho se ve reflejado en el descenso poblacional experimentado entre 1495 y 1528 que deja a Overa con 38 vecinos. Tras esta crisis poblacional el número de habitantes se recuperaría en parte para mantenerse estable hasta 1561, en esta fecha podemos calcular unos 292 habitantes para la población del Almanzora. 


La campaña de 1488 se sustanció para la corona de castilla sin necesidad de esfuerzo bélico alguno. El rey Fernando el Católico estableció su campamento junto a la ciudad de Vera, y allí acudirían a capitular los alcaides de Huércal y Overa, las condiciones para los musulmanes granadinos, ahora mudéjares serían ventajosas. Desaparecía la frontera murciano-granadina surgida como consecuencia del establecimiento del Reino de Castilla, sobre el antiguo protectorado murciano, en 1266. A un lado el Reino Castilla, cristiano y al otro el Emirato Nazarí de Granada, musulmán.
     A poco de la capitulación, los Reyes Católicos dieron a la ciudad de Lorca los lugares de Huércal y Overa por una carta de donación dada en Villena en 2 de agosto de 1488[5]. Las fortalezas existentes fueron entregadas en el caso de Huércal a Martín Fernández Fajardo y Overa a Tomás de Morata, poderosos lorquinos que ejercieron de alcaides hasta la entrega de las fortalezas a la ciudad de Lorca. Overa sería entregada sin contradicción. Tomás de Morata había ejercido el cargo de alcaide de la fortaleza en nombre de los Reyes Católicos y a partir del 17 de septiembre de 1488 en nombre de la ciudad de Lorca.
En el terreno religioso el Obispado de Cartagena aspiraba incluir los Vélez y el Almanzora dentro de su territorio, pero solo mantuvo en su poder Huércal y Overa, y esto tras un pleito con el Obispado de Almería, que no concluiría hasta 1552.


Posteriormente Overa sería empleada como moneda de  cambio por el Concejo lorquino. En 9 de abril de 1498, un década después de la conquista castellana, los ediles de Lorca obtienen para trocar con el marqués de Villena, según lo entre ellos convenido, el lugar de Overa por el de Xiquena y Tirieza, que eran de dicho marqués. Noticias que mantendrían expectantes y atribulados a la población mudéjar residente en Overa. Este trueque no llegaría a verificarse a pesar de las distintas licencias, peticiones y pleitos generados.
Lorca instituiría el cargo de alguacil que representaba a la comunidad mudéjar ante el concejo, resaltamos el caso de Pedro Felices, estableciendo una diferencia social y económica. En su solicitud poara ir a la Corte afirma:
Pedro Felizes, veçino de Overa, dize que el quiere ir a Castilla e a la Corte. E que él, porque él sea conosçido, que le manden dar un testimonio e fe de como él es veçino de Overa, e es rico e principal en el dicho lugar de Overa, para que el sea conosçido por tal”.

     La ubicación de Overa en el Reino de Granada y la jurisdicción sobre el lugar de la ciudad de Lorca, provocaba una carga impositiva importante, manifestada en  impuestos propios de los moriscos del Reino de Granada: Farda de la mar y Servicio Ordinario y los gestionados a través de Lorca: Reales, alcábalas, tercias y servicios extraordinarios.
El cristiano nuevo o morisco surge de los bautismos masivos de la población mudejar ordenados en 14 de febrero de 1502. Abandonaban así nominalmente su religión musulmana. A nivel administrativo este nuevo estatus permitió que Overa tuviera alcaldes y concejo, siempre tutelado por Lorca.

     En la navidad de 1568, los moriscos se alzan contra el poder de Felipe II, y nombra por su rey a Aben Humeya.
  En septiembre de 1569 Abén Humeya deseando extender la rebelión al levante almeriense establece en Lubrín su Estado Mayor. El líder de Lubrín, “el Chiquí”, lo acoge y aprovisiona a sus tropas, que están llegando en contingentes desde las Alpujarras.
Comienzan las acciones bélicas Farax Aben Farax “el Negro” desde Zurgena ataca Arboleas, sin éxito. Un morisco de Overa, Ponce, comienza a asaltar a todos los arrieros que viajan de Pulpí a Vera. Se intenta así, aislar la Axarquía almeriense de Murcia, desde donde Vera, Cuevas y Mojácar podían recibir ayuda.


     El principal objetivo es Vera, cuyo dominio da el acceso al litoral mediterráneo. A las 8 de la mañana del día 25 de septiembre de 1569 se lanzan sobre la ciudad de Vera. Los vecinos se defienden tras sus murallas.
Avisadas las tropas lorquinas no tardan en ponerse en marcha y acudir a Vera. Desde Murcia sale otro contingente, que no llega a entrar en Vera, permaneciendo en Pulpí, acción muy criticada posteriormente, por ser calificada de cobardía. Abén Humeya, al ser avisado de la llegada de los cristianos, huye hacia Cuevas, produciéndose allí un saqueo en toda regla por los soldados cristianos.
     Las vicisitudes de  los moriscos de Overa son dispares, tenemos el caso del citado Ponce que toma parte en la rebelión y sin duda implicado en la quema de la Iglesia de Overa. Por otro lado la morisca que avisa al sacerdote beneficiado Pedro Oller y consigue salvarle la vida. Moriscos de la facción insurgente pretendían freír en aceite hirviendo al clérigo, la morisca le salió al paso y le advirtió del peligro que corría. Por otro lado sabemos que buena parte de la población abandono el lugar y se refugió en la Sierra de Almagro, como también hicieron moriscos de Huércal y Cuevas.


      La aventura de esa rebelión terminará pocos meses después en mayo de 1570, tras el previo asesinato de Aben Humeya en Laujar de Andarax el 20 de octubre de 1569.  
El decreto de expulsión no tardó en llegar, fue fechado 1 de noviembre de 1570. Los moriscos overatenses serían obligados a marchar de su tierra, los que sobrevivieron a la deportación fueron ubicados en tierras de la actual Castilla-La Mancha, El poblamiento en Overa tardaría en recuperarse pues el Consejo de Repoblación permitiría que solo se poblará en núcleo de Huércal.
Para concluir manifestar que el estudio arqueológico de este asentamiento permitiría entender la dinámica de poblamiento de esta parte del reino granadino que además adolece de estudios en profundidad.
    El abandono de los yacimientos tardorromanos en favor de otras ubicaciones, el surgimiento de un nuevo núcleo como Vera, con una mezquita fundada en el 868 (Al Udri) pero que en que aún en el siglo XII, en palabras de Al Idrisi seguía siendo un Hins, y el proceso hasta situarse a la cabeza de este sector fronterizo en época nazarí. Las relaciones con los distritos de Almería, Baza, Lorca o Murcia. Y las posibilidades de recuperar material arqueológico abundante tras el repentino abandono de  los habitantes moriscos. Todos estos temas e incognitas y muchas otras, señalan a Overa como un lugar de importancia central para reconstruir la historia del pasado islámico almeriense.

Antonio J. Rubio Simón en un momento de su ponencia.



[1] Nos referimos en este estudio a la localización de la Overa tardomedieval y moderna, en la pequeña población de Santa Bárbara, en la actualidad se asocia el topónimo Overa, con el núcleo de Los Menas.
[2] Atlas hidrogeológico de Andalucía. Instituto Tecnológico Geominero de España; Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía; Consejería de Trabajo e Industria de la Junta de Andalucía. 1998, p. 162,
[3] Tomamos esta tabla de JIMÉNEZ ALCAZAR, Juan Francisco. Huércal y Overa de enclaves nazaríes a villas cristianas. Huércal-Overa. 1996, p. 59. La completamos con los datos del Censo de Pecheros. Carlos I. 1528. Tomo I, INE. Madrid, 2008, pag.410.  
[4] GARCÍA ASENSIO, Enrique. Historia de la Villa de Huércal-Overa y su comarca. Murcia. 1909, p. 372. “El pueblo de Overa, especialmente, sufrió una gran disminución, porqué la mayor parte de su vecindario optó por abandonarlo y marchar a África"
[5] Documentos de los Reyes Católicos (1475-1491). Edición de Andrea Moratalla Collado. Colección de documentos para la historia del reino de Murcia. XIX. Murcia. 2003, p.649.



viernes, 7 de febrero de 2020

EL OASIS DEL CAMINO. Por Juan Antonio Muñoz Muñoz

          
El cerro y castillo de Overa, centinelas en medio del cruce de caminos .Fto: J.A. Muñoz

                               Ponencia: I Jornada de estudio "SALVEMOS EL CASTILLO DE OVERA".
     
       Tenía mi padre una carpintería a la entrada de Lubrín donde paraba el correo de Zurgena cargado de correspondencia, pasajeros e historias, entre ellas las peripecias del paso por el río
Y cuando alguno de los escasos vehículos del pueblo emprendía camino del Almanzora hacía  parada en la carpintería de Joaquín para informarse del caudal, de las posibilidades de paso o  si había mulos para aliviar el apuro. 
Nunca había visto más agua que la que discurría por la rambla y me gustaba imaginar el río. 
Lo vi por primera vez con seis años cuando fuimos a acompañar a unos tíos que emigraban a Barcelona en su camino a la estación. Debía ser invierno porque la corriente obligó al conductor a bajarse y calcular las posibilidades antes de iniciar la maniobra que abordó bajando previamente a los pasajeros. 
Más que el agua me impresionó la amplitud del cauce, el aroma de la ribera y las historias que contaron sobre sus crecidas.
No era consciente de su declive hasta que a finales de los setenta tuve novia en Overa y cruzaba a menudo un cauce cada vez más exiguo. O cuando los mayores rememoraban boqueras de aguas claras cargadas libremente del río. 
Aun así, recuerdo paseos entre naranjos regados a manta extendidos sobre un paisaje del agua placentero y exuberante. Y el denso aroma del azahar. 
Hoy sé que asistí a los últimos años del río, de la vega tradicional y tal vez de una época. Y cuando desde Overa Viva me invitaron a participar en las jornadas tuve claro que además de contextualizar el castillo me tocaba escribir el réquiem del oasis. 
Santa Bárbara (la originaria Overa) a la vera del cauce seco del río Almanzora. foto: J. Pardo

El paraje de Santa Bárbara reúne los requisitos que la lógica del territorio impone a los espacios áridos para antropizarse y habitarse, al menos desde finales del Neolítico: río, manadero estable, vegetación de ribera, espacio cultivable, caza, pesca, metales, cruce de caminos y un alto defendible donde protegerse y controlar el paso.
El estrechamiento del río donde confluye la cuenca del Almanzora camino del mar y las vías que unen los espacios sureños con los levantinos, multiplica la importancia geoestratégica de Santa Bárbara, donde no por casualidad se levantó la fortificación medieval que nos ocupa. 
Pero no es el castillo en si el objeto de este artículo, sino la evolución histórica -más bien involución- del espacio que domina, para poder entenderlo en circunstancias normales, y digo normales, porque los dos últimos siglos lo han alterado hasta desnaturalizarlo de tal manera que difícilmente sería reconocible para un habitante medieval, romano o argárico (a sabiendas de que estos intervalos conllevan cambios climáticos y antrópicos, pero difícilmente comparables con lo ocurrido en los últimos siglos).
En definitiva, se trata de aproximar la realidad de este paraje fluvial para entender el castillo de Overa en el contexto histórico y natural en el que han vivido sus moradores. Para ello se hace necesario tratar del río que da la vida, de los caminos que llevan la gente y como ha cambiado su contexto para comprender lo que históricamente han sido.  
Los meandros del río van dejando depósitos de buenas tierras (los pagos de Overa), ideales para los asentamientos.


A. EN CUANTO AL RÍO  
La época de la Ilustración, la Contemporánea y especialmente el último siglo, han transformado el cauce y su ribera de tal manera que el río ahora es rambla mientras que la vega ha desaparecido aguas abajo del castillo y mutado aguas arriba. El oasis del camino que conformaba este espacio ribereño es ahora un cruce de carreteras desprovisto de la vega histórica y del sotobosque que  proporcionaba el humedal. 
De un paisaje fluvial se ha pasado a un paisaje de infraestructuras y servicios con el añadido del movimiento de tierras y transformación que supone el trazado de la autovía en un espacio árido donde la recuperación vegetal es lenta cuando no imposible. 
En este sentido sería conveniente que las ruinas del castillo con su torreón como referente visual y conceptual, pasen de testigo mudo a un espacio de interpretación que además de informar del monumento lo hagan del espacio que hemos desnaturalizado para poner en valor lo perdido, sobre todo ahora que empieza a dolernos en la conciencia y en la vida cotidiana el cambio climático. Y que sirva de reflexión.
El rio siempre fué un eje de comunicaciones del mar a las ricas montañas mineras del interior.


Y esto ha ocurrido básicamente por dos razones:  
1. Por la acción directa del hombre 
En condiciones normales, hace 300, 500 ó 1000 años, la extensión de la cuenca y sus aportes de montaña proporcionaban potencial hídrico para garantizar escorrentías superficiales e incluso en situaciones adversas mantener remanentes subálveos para recargar la cubeta de Overa. Esta cubeta es fundamental para entender el paisaje ribereño y su potencial hídrico pues rebosa naturalmente o mejor dicho, rebosaba a los pies del castillo, de tal manera que además de controlar el paso y su territorio la fortaleza controlaba también el agua en su punto más sensible y estratégico.   
Vida cotidiana. Baria. exposición: Dioses, tumbas y gentes (Museo de Almería).
Y conviene recordar aquí, que en esta zona árida del mapa nada vale más que el agua, al menos hasta que su obtención no dependía de la tecnología ni era un producto de mercado. Hasta ese momento, el agua ha sido el limitante y recurso natural que ha determinado la vida, la riqueza, la demografía y el control y ocupación del territorio.
Pero además, un punto estable como este garantizaba la caza y la pesca tan necesarios para la supervivencia rural e importantes para el ocio y las relaciones tradicionales. Sobre todo en época nazarí donde además de formar parte de su cultura y aporte proteico permanecían libres amplios territorios incultos.  
  
La fundición de metales. Dioses, tumbas y gentes.Baria (Museo de Almería).
  El cambio más drástico del paisaje empieza a fraguarse en Época Contemporánea con el auge demográfico y de cultivos pues a la vez que aumentan estos lo hacen las boqueras que derivan las aguas a las crecientes vegas ribereñas dejando el caudal cada vez más mermado. Cabe aclarar que  hubo otras épocas donde la antropización del territorio fue significativa como la que propició la alteración de la cubierta vegetal en época argárica y muy especialmente en el mundo romano que roturo grandes extensiones. Esto propició un aumento la demografía del Bajo Almanzora y tierras de Vera hasta cotas que no se alcanzarán hasta posiblemente comienzos de esta época. No olvidemos que esta zona ejerció como traspaís o hinterdland de Baria con los aprovechamientos agrícolas e hidráulicos que conlleva. 
Boqueras concatenadas. Foto: J.A. Muñoz.
Pero aparte de estas grandes boqueras, en la sierra y piedemonte de las Estancias, se multiplican las boquerillas asociadas a cada uno de los bancales que lindan con las ramblas pugnando entre ellas para capturar las aguas turbias que arrastran las tormentas. 
Estos arrastres de montaña fueron paulatinamente aumentando a la vez que la sierra se fue deforestando en los tres últimos siglos. Hablamos de una sierra extensa y roturada que cada vez retiene menos agua y suelta más tierra que las boqueras capturan para fertilizar y recrecer los bancales. Este efecto también se produce en el margen de Filabres pero con arrastres menores.
El agua, siempre base de la vida y el desarrollo. Foto: J.A. Muñoz
Resumiendo y volviendo a la paulatina merma de aportes hídricos, las escorrentías de las sierras de Filabres y Estancias tienen que superar una múltiple carrera de obstáculos, es decir boqueras, que difícilmente les permiten llegar al Almanzora. Así conforme avanza el tiempo, se multiplican los cultivos con boqueras disminuyendo los aportes y mermando el caudal que fluye bajo el castillo.      
Para garantizar los riegos de las nuevas vegas, aumentan también las galerías drenantes de tal manera que llegamos al siglo XX con el río cargado de boqueras en superficie y galerías drenantes bajo las arenas. 
Estas galerías, además de aumentar en número, lo hacen en longitud siendo habitual su prolongación en periodos de sequía. Como consecuencia, el caudal mermado ya en superficie lo hace ahora entre las arenas. Y cabe recordar que el río cuenta con un potente estrato arenero por el que discurre -más bien discurría- el caudal oculto acrecentado por una pendiente en torno al 1%.     
Conducciones subterráneas. Foto: J.A. Muñoz
Una de estas fuentes, es la Fuente de Overa, galería que surtió la vega de Cuevas del Almanzora quedando sus cultivos y producción a merced de esta kilométrica captación. Y no hablamos de una vega común, sino de una vega histórica, extensa -de unas 7000 fanegas- y productiva gestionada por una comunidad de regantes numerosa y participada por hacendados, especialmente en el siglo XIX donde se invirtieron excedentes mineros. 
La dependencia de la vega de Cuevas del Almanzora de esta fuente obligó a laboriosos y reiterados trabajos de optimización supervisados por técnicos y administración pues hablamos de una estructura subterránea de tal envergadura que a finales del XIX superaba los cuatro kilómetros. Contaba con casi medio centenar de lumbreras y un amplio conducto de fábrica por donde transitar holgadamente tanto el personal como los materiales y aperos de mantenimiento.      
Galería drenante. Foto: J.A. Muñoz
Cabe recordar aquí que parte de la vega de Overa y su actual población se debe a esta época en la que se invirtieron excedentes mineros en tierras y agua para la extensión de monocultivos.  
La rentabilidad de estos monocultivos, uva de barco y naranja, hace que los motores empleados en el desagüe de las minas se instalen también en la vega.  
Más vega, monocultivos, más gente, boqueras, galerías y ahora los motores de combustión. El río llega, pues, al siglo XX mermado. 
Gráfico de una galería y lumbrera. J.A. Muñoz

Durante este siglo los motores se perfeccionan, se hacen sondeos a máquina,  la vega traspasa el margen y se extiende por el piedemonte. La naranja cobra fuerza y va sustituyendo a la uva. Y se roturan nuevas tierras.    
Luego llegan los motores eléctricos, se multiplican los sondeos y se profundizan los pozos. 
A mediados de siglo XX el abastecimiento público va llegando a los hogares y se demanda más agua, más galerías y sobre todo más pozos. Más gente con más gasto, más cultivos, industrias y talleres de mármol… y menos río.
En 1973 el río hace honor a su nombre romano, Surbo (flumen superbum) y una sorpresiva avenida de agua y barro arrasa literalmente la vega e inunda poblaciones. También se lleva el puente de Overa, icono metálico del Bajo Almanzora.  
Tras el desastre la vega se rehace aguas arriba de Santa Bárbara pero aguas abajo los terrenos se expropian para la presa proyectada en Cuevas y quedan definitivamente sentenciados. 
Y desaparecen los Orives, una aldea genuina y ancestral confinada entre el cauce y la sierra de Almagro.  
El pantano inaugurado en 1989, concebido para albergar 169 hectómetros cúbicos en sus 526 hectáreas de superficie, tuvo que desaguar al poco de su puesta en servicio tras un periodo excepcionalmente lluvioso mostrando en 1997 una estampa sorprendente con el agua a los pies del malogrado puente de Santa Bárbara. 
Llegado el siglo XXI el naranjo pierde rentabilidad, apenas hay relevo generacional y la vega se reduce, abandona o en el mejor de los casos pasa a empresas agrícolas que se surten de aguas profundas, de los trasvases del Tajo y Negratín o del agua desalada. 
Empresas que roturan saladares y pastizales y lo que fue bosquete de maquia en tiempos del castillo queda transformando en monocultivos extensivos. Pastizales, caminos y saladares del Campo de Nubla y Ballabona plantados de naranjo y olivar intensivo. Y aguas arriba se urbanizan nuevos núcleos residenciales. No hay agua para tanto y toca depender de embalses y conducciones. 
En el siglo actual el río es una rambla ancha cuyos pozos descienden en busca de capas freáticas esquilmadas o simplemente agotadas.     
Cambia la ribera, la vega, el paisaje y el paisanaje pero permanece el torreón como testigo mudo.
El río Almanzora fuente de vida y razón de ser de Overa a través de los tiempos.


2. Por el cambio climático.
Aunque aún hay quien niega el cambio climático, los hechos contrastados, el  aval de la comunidad científica y los efectos comprobados de emisiones y subida del nivel del mar van imponiendo su lógica. Y llegado este momento no queda otra que aceptarlo y enfrentarse al reto, aunque solo sea por supervivencia.
En líneas anteriores hemos informado de las principales causas antrópicas de la desaparición del caudal del Almanzora y creo que el resultado es palmario y las explicaciones convincentes.
Pero hay otras causas por las que la alteración del caudal y del medio no son achacables a la acción humana directa. Me refiero en primer lugar a la merma paulatina de las nevadas y sobre todo a la disminución de los periodos en que aguanta la nieve. Podemos hablar con los mayores o contrastar datos, pero en ambos casos el resultado es el mismo: nieva menos, lo hace en cotas más altas y la gran reserva hídrica que atesoraban las cumbres de Filabres ahora es más débil y efímera. 
El aporte nival procedente de la umbría de Filabres por tierras de Álcontar, Serón, Bacares, Velefique, Laroya y Purchena y Sierro merma década tras década.
Este aporte que en otras condiciones garantizaba riegos de aguas claras durante los meses de invierno e incluso en primavera, difícilmente discurre ahora por el Medio y Bajo Almanzora, y a veces ni por el Alto. Unas aguas nivales decisivas por su capacidad de recarga de acuíferos y penetración en el álveo.             
Y en cuanto a la lluvia, la tendencia parece indicar que se va reduciendo, o al menos los episodios de lluvias persistentes son menos favorables. Otrora los agricultores permanecían atentos a las tormentas de la cabecera de la cuenca y cuando el agua llegaba cargaban la boquera y gestionaban el turbión con pericia y experiencia. 
Agua y limo que aseguraba cosechas y calidad. Estos episodios que solían repetirse más de una vez al año son ahora menos frecuentes aunque también es verdad que el cauce está seco, el álveo agotado y las tormentas de otoño difícilmente provocan turbiones con capacidad para avanzar hasta el pantano. Y cuando las boqueras no cargan aguas turbias hay que fertilizar químicamente. 
Puente Hierro con Santa Bárbara al fondo. años 40. Fondo Overa Viva.


B. EN CUANTO A LOS CAMINOS
El castillo preside el cruce de caminos desde un alto estratégico que lo fue antes, durante y después de la alquería. Un punto de confluencia donde pasan: 
El camino histórico del levante camino de Lorca, Murcia o Cartagena.
El que viene de Vera y Almería por la costa.
El camino de Lubrín, que viene de Almería y zonas de Nacimiento y Andarax atajando por la sierra. Los mayores aún recuerdan arrieros y rebaños cruzando el río, especialmente sábados y domingos hacia el mercado comarcal de Lubrín. Este mercado llegó a contar con una línea de autobús que conectaba con Huércal Overa.
El que asciende por la ribera hacia las canteras y Baza, o deriva por la boca de Oria a los altiplanos granadinos. Una vía trashumante pero también estratégica para productos agrícolas y mineros.
El camino de la costa que llegado a este punto puede dirigirse al promontorio  de San Miguel para dirigirse al mar bordeando la Serrata y facilitar el trasiego de cargas pesadas. 

El que desciende aguas abajo camino de la zona minera de Almagrera y la costa. Esta vía, ahora impedida por el pantano, fue camino natural de penetración de la importante ciudad mediterránea de Baria. En los 1400 años de historia de esta gran ciudad comercial y minera pasaron por allí íberos, fenicios, cartagineses y  romanos. En su puerto se comerció con metales, salazones, mármol, espejuelo y los habituales productos de intercambio. De la cercanía de la ciudad situada solo unas horas aguas abajo cabe deducir una conexión y dependencia importante, al fin y al cabo pasado este estrecho de las afueras de Baria se abría una conexión con la cuenca del Almanzora, sus productos y sus caminos.  
El cerro Minao un importantisimo lugar arqueológico aún por estudiar a fondo.
Por último cabe mencionar el corto camino de la rambla de Santa Bárbara hacia el Cerro Minado. Este coto minero se explotó ya en la Edad del Cobre y parece ser uno de los primeros casos de extracción mediante galería. En este contexto surge un poblado fortificado de 1, 5 ha de extensión situado frente al castillo y junto al río. Desgraciadamente lo cortó por la mitad la carreta nacional y la autovía le pasó por encima. Un yacimiento arqueológico interesantísimo que al  menos fue estudiado y documentado antes de desaparecer y donde se han encontrado crisoles, cobre, escorias y otras evidencias de actividad metalúrgica.  

El castillo, vigía de nuestro destino.



Recordar finalmente que el enclave de Santa Bárbara como punto estratégico  implica asentamiento humano, control militar, comercio e intercambio cultural. Y en este caso además control del río y del agua. El castillo es la consecuencia.



Juan A. Muñoz en su intervención en la I Jornada "Salvemos el castillo de Overa"