jueves, 30 de enero de 2020

REFLEXIONES SOBRE LA PROTECCIÓN SOSTENIBLE DEL PATRIMONIO. Por Domingo Ortíz Soler. Arqueólogo

Restos Puente Hierro de Overa, al fondo Santa Bárbara  y el castillo. foto: J.Pardo

Llevamos varias décadas intentando  analizar la protección sostenible del patrimonio, pero la base fundamental es la divulgación con publicaciones, exposiciones, actividades con los centros educativos y asociaciones, creación de centros museísticos tematizados sobre las distintas áreas del patrimonio, y un largo etc.

Hay que celebrar más encuentros con la población sobre el Patrimonio y que no quede todo en reuniones entre técnicos y políticos. La reciente crisis económica ha constituido una severa amenaza para la protección, conservación y sostenibilidad de nuestro patrimonio arqueológico. Pero también se ha tornado en una “oportunidad, de cara al futuro, para reflexionar sobre los errores cometidos, hacer autocrítica y reinventarnos.
Se trata de una problemática extensible a todo el territorio peninsular, pero especialmente evidente en la provincia de Almería, con un abandono secular. Una de las zonas del territorio español más duramente castigadas por el desempleo, pero donde, a la vez, el turismo constituye uno de los principales sectores económicos capaz de generar riqueza. El Patrimonio tiene un rentabilización Social con una adecuada rentabilización o explotación sostenible del patrimonio arqueológico monumental y etnográfico en la provincia de Almeria, fundamentada en cuatro grandes pilares: una investigación científica seria y de calidad, una amplia proyección en el plano educativo y cultural, la participación activa de la ciudadanía, y el empleo de nuevas tecnologías como nexo entre los distintos agentes implicados, sobre todo para la proyección turística.
Un objetivo primordial es dar a conocer los principales resultados, con la intención de someterlos a juicio por parte de la comunidad científica.
Es necesario organizar más programas y actividades de divulgación del Patrimonio Arqueológico, que pretenda demostrar que existen formas alternativas y muy efectivas de abordar el pasado y que la Arqueología es legado común capaz de enriquecer la oferta patrimonial de las ciudades y pueblos históricos, de multiplicar sus atractivos y su proyección en el mundo.
Habría que seguir analizando la protección sostenible del patrimonio arqueológico  abordando la arqueología desde el punto de vista de la gestión, la investigación, la protección y la conservación, pero sobre todo de la transferencia del conocimiento.

Y  los resultados de las investigaciones y otros estudios arqueológicos -que no son exclusivos de los arqueólogos-, deben pasar a disposición del público a través de los medios de difusión, porque conocer el pasado es respetarlo. Toda la información que se genera no suele sobrepasar los límites universitarios y académicos, por lo que los especialistas debemos hacer un esfuerzo. Es una obligación moral difundir y divulgar la información que genera los estudios sobre el Patrimonio y hacerlo legible para la ciudadanía. Siempre debe prevalecer su carácter divulgativo y tratar de proteger y conservar el Patrimonio, un valor que si no lo cuidamos puede llegar a perderse.
Seguimos insistiendo en el papel de la arqueología como motor de desarrollo para la provincia. La arqueología (el Patrimonio) debe tener un papel relevante en la sociedad, pero también es importante colaborar en poner nuevos recursos a disposición de los municipios para que puedan poner en valor su patrimonio. 
 Igualmente, para englobar todo el conjunto del Patrimonio almeriense es necesario -prioritario-llevar a cabo un Plan director de Arqueología  para proteger su patrimonio histórico y cultural, y comenzar este proyecto en la menor brevedad posible. Consideramos que este plan es "prioritario" porque la provincia goza de múltiples yacimientos donde la mayoría de ellos se encuentran en buen estado y otros en peligro de desaparición o que ya han “muerto”. Por eso defendemos desde hace cuatro décadas -y ahí están las hemerotecas de consulta- que se debe fomentar un correcto tratamiento en su conservación, el tratamiento de la información y la consolidación de los restos. Y por ello es  prioritario establecer un marco claro y fehaciente.
Niña mirando el deterioro del castillo de Overa. Foto: J.Pardo
  Como venimos planteando, el Patrimonio Arqueológico es enormemente vulnerable, y se pone en riesgo con demasiada frecuencia, pudiendo llegar a desaparecer definitivamente por falta de conocimiento, documentación, reconocimiento o protección, aún cuando ya se ha estudiado, pero también debido a unas tendencias económicas cambiantes, percepciones negativas, complicados problemas jurídicos y ambientales o como resultado de su tamaño y complejidad abrumadoras. La gestión, la conservación, la interpretación y el disfrute de los lugares del patrimonio, así como su apreciación cultural son, por lo tanto, los objetivos principales para mantenerlo vivo, lo que implica diferentes niveles de protección que van desde la gestión local – generando áreas de conservación -, hasta la creación de localizaciones individuales reconocidas por ley en diversos grados, siendo el máximo reconocimiento el de Patrimonio de la Humanidad. Cada país tiene sus propios códigos de designación que varían enormemente de una nación a otra. Algunos países han desarrollado y ajustado sus mecanismos y estructuras legales durante más de un siglo, dando cobertura de protección muy generalizada a decenas de miles de sitios del Patrimonio. 
La Red del Patrimonio Europeo nos muestra normativas sobre estas políticas aplicadas al patrimonio nacional. La protección legal suele ser el resultado final de una evaluación exhaustiva y, por lo tanto, es la veracidad y profesionalidad aplicada a los procesos de identificación y evaluación lo que resulta crucial en la efectividad de la protección, previniendo los posibles grandes cambios y transformaciones que, con el tiempo, se dan en estos lugares, especialmente en los sitios arqueológicos. Por lo tanto, un sitio que pudo haber sido irrelevante hace algunas décadas -desde el punto de vista del su valor cultural-, podría hoy haber adquirido un gran significado como “raro superviviente”, como es el caso del castillo de Overa, entre otros. De todo esto se deduce que cualquier evaluación debe revisarse y actualizarse periódicamente siempre que sea necesario. Asimismo, esta evaluación de la importancia de un sitio puede estar influenciada por factores de ubicación -si es urbano o rural-, por el tamaño relativo del sitio, o por si domina una pequeña ciudad o más bien ha sido absorbido por el tejido urbano de una metrópolis.
En muchos países, un hilo común a lo largo de este tipo de proceso ha sido la alianza entre el conocimiento de expertos con la administración oficial, que ha evolucionado constantemente. Hoy en día, la experiencia y el conocimiento residen en organismos oficiales, que hacen un gran uso de consultores externos pagados, ya que los “técnicos” de la administración no tienen la suficiente preparación, por ello, algunos de los mejores trabajos aún se logran gracias a la participación de expertos externos, que se sientan en una mesa con el resto del colectivo para dilucidar qué hacer con el Patrimonio y su uso, así como las alternativas consecuentes con su adaptación a los nuevos avances urbanísticos, por ejemplo, con su conservación y puesta en valor, integrados dentro de los espacios urbanos, que revalorizan esos entornos, además.
Las lecciones que se pueden extraer de la experiencia en países con una designación altamente desarrollada hacen referencia a:
  • El valor de la experiencia de los profesionales: para cada tema es probable que haya especialistas y su conocimiento y pasión deben aprovecharse con buenos resultados. 
  • El uso de paneles asesores, compuestos por expertos y representantes de agencias oficiales, otorga un grado de transparencia a la consideración de los sitios para la protección.
  • Las evaluaciones de importancia deben mantenerse actualizadas, ya que pueden cambiar mucho con el tiempo.
  • Unos óptimos marcos contextuales permiten la priorización en la gestión y en el uso de recursos escasos.
  • Todos los sitios de interés deben ingresarse en las bases de datos oficiales de planificación o en su equivalente, tanto por personas privadas como por agencias oficiales. Esto permite un diálogo constructivo entre promotores inmobiliarios y conservacionistas.
  • La recopilación de descripciones exhaustivas de los recursos históricos facilita la selección de sitios destacados, ya sea para su protección en los niveles más altos o para la nominación desde el estado de Patrimonio Mundial.
  • La opinión pública es muy importante, especialmente en cuestiones de protección y preservación, y ha de ser cuidadosamente considerada. En los países de Europa occidental, donde existe una larga tradición de exposición pública al Patrimonio, esto puede parecer bastante obvio, pero se hace extraño en otros muchos países, donde se requieren programas sostenidos de educación y atención de los medios para aumentar la conciencia ciudadana sobre la contribución que la historia patrimonial ha hecho a la cultura europea y, por lo tanto, a su propia cultura.
  • La vigilancia pública, generada por la apreciación, es una primera línea de defensa necesaria contra el vandalismo y otras amenazas a los lugares históricos que están en desuso, pero es igualmente importante persuadir a los propietarios para que reduzcan tales riesgos.
El recurso de patrimonio europeo se puede observar como si fuera una montaña formada por cientos de miles de sitios aún no evaluados y, por lo tanto, sin proteger, que se elevan a través de decenas de miles de sitios identificados y designados, y con unos pocos miles de sitios preservados como lugares del Patrimonio Mundial en su cima. Aunque la UNESCO reconoce que el Patrimonio, en general, está subrepresentado en la Lista del Patrimonio Mundial de manera apropiada, España, a la vista de su papel más que relevante en sitios arqueológicos, domina la lista actual. 
Los sitios del Patrimonio Mundial deben adquirir un valor universal excepcional, y para alcanzar el galardón supremo las inscripciones deben estar limitadas. Por lo tanto, ha de existir un reconocimiento especial para recibir un estándar ligeramente más bajo para los sitios de Patrimonio  que tienen un significado claramente europeo y no tanto a nivel mundial. Ya existen algunos sitios arqueológicos que piden conseguir ese tipo de reconocimiento especial, como la Etiqueta Europea: y el castillo de Overa podría ser uno de ellos. Sin embargo, estos sitios, por definición, deberían tener una relevancia específica relacionada con la identidad política europea y mediterránea, y este sitio arqueológico podría ser el tipo de sitio que debe beneficiarse de ese reconocimiento paneuropeo.
El reconocimiento y la protección no son los únicos elementos para la preservación sostenible del patrimonio arqueológico, en este caso: el sentimiento de la comunidad, el valor de sus habilidades y la participación son factores cruciales para preservar el pasado y dar impulso a futuros proyectos de regeneración. Los sitios arqueológicos son más que ruinas y escombros; encarnan toda clase de testimonios e identidades locales, formando parte de un paisaje social y -a veces- de un patrimonio intangible. En cualquier regeneración debemos preservar este sentido de lugar (genius loci), respetar los recuerdos de los antepasados que se asentaron en este sitio, estimular la imaginación de los niños que lo visitan y fortalecer el sentido de pertenencia de las personas que lo habitan, todas ellas cualidades para una verdadera sostenibilidad que podrían dar excelentes resultados.
El Patrimonio Arqueológico, por su escala y su impacto en los paisajes circundantes, puede desempeñar un papel fundamental para la regeneración territorial. La “rehabilitación” de dicho patrimonio dependerá de muchos factores: su valor patrimonial, su escala y ubicación en el entorno (entorno urbano, suburbano o rural), su potencial de conversión a usos identificados a través de estrategias de desarrollo local, o su potencial turístico integrado en un clúster de actividad turística relacionada con el patrimonio histórico. El éxito de dichos proyectos también tendrá que ver con la interacción con otros recursos culturales y con el patrimonio cultural disponible, no solo a nivel local sino también regional e internacional (a través de paseos culturales, rutas y redes culturales, eventos del día del patrimonio, actividades temáticas, gastronomía, etcétera).
Si perseguimos que el Patrimonio sea el catalizador para la regeneración territorial, tendremos que capturar los testimonios que lo crearon. Un punto de partida en un proyecto de regeneración exitoso serán las reuniones preliminares con las comunidades locales para conocer sus opiniones y deseos, con el fin de acomodarlos a dicho proyecto. Así, por ejemplo, contar a nivel local sino también regional e internacional (a través de paseos culturales, rutas y redes culturales, eventos del día del patrimonio, actividades temáticas, gastronomía, etc.), con la finalidad de convertir sitios  históricos gracias a un amplio conjunto de herramientas, necesarias tanto para su desarrollo sostenible como para su implantación.
Difundir la arqueología y que no quede como un informe en un cajón
La Plataforma Overa Viva, por su ejemplar defensa del Patrimonio de la localidad viene comprometiéndose en plantear unos  objetivos de promoción y divulgación de un legado (que muchas veces, en las administraciones se queda con un informe en un cajón sin que se difunda), creando un colectivo especializado, aglutinando investigadores y ciudadanos interesados por el Patrimonio, editando un revista de divulgación, bien en papel o por medios digitales, organizando eventos arqueológicos, conferencias e incluso apoyando excavaciones arqueológicas...
En este colectivo ya están participando arqueólogos e historiadores para apoyar estas iniciativas y plantear a la Administración pertinente que al llevarse a cabo una arqueología de urgencias en este sitio arqueológico, para difundir los resultados de las investigaciones -incluso a través de la prensa- y que no quede todo  publicado en una Memoria en el Anuario oficial que no llega al público en general. Mucha de la información que se obtiene no se gestiona ni se elabora para que el público la pueda conocer.
La arqueología ya no es la del siglo pasado, cuando primaban los objetos para exponerse en un museo. Ahora se tiende más hacia la reconstrucción del paisaje y promover y difundir el contexto donde se encuentran esos elementos patrimoniales. Así, si se encuentra un yacimiento en las obras, éste se excava, ¿pero qué pasa luego con el informe arqueológico?. A pesar de la fama de frenar obras que tiene la arqueología, debemos recalcar que los resultados de estos trabajos se deben dar a conocer mejor para ayudar a entender el pasado.
Torre de la Ballagona. Otro patrimonio histórico a proteger. Foto: J.Pardo
La arqueología, o contar la historia que no fue escrita 
Este sitio arqueológico con mas de ocho siglos de historia lo consideramos uno de los yacimientos arqueológicos de este territorio y como arqueólogo de formación, lo reafirmo contundentemente tanto en lo arqueológico como en lo cultural y turístico.
Cuando yo veo un bien fuera de su contexto, o arrasado reconozco que hemos perdido la capacidad de estudiarlo en su contexto original con la gente que lo trabajó o lo utilizó y para mí como arqueólogo, lo más importante es mantener debajo de la tierra lo que todavía queda debajo de la tierra y que con un plan coherente de puesta en valor ofrecer estas huellas del pasado, de esa identidad histórica, de esa memoria histórica para que los ciudadanos puedan admirar objetos concretos, desechos de la vida cotidiana de la antigüedad, y empezar a contar la historia que no fue escrita de la gente, como los que vivieron algunos miles años antes de nosotros.
En el campo de la arqueología siempre hay tensiones y falta de diálogos  frente al interés de estudiar y preservar restos. Tenemos una historia complicada con la especulación. A veces sin permiso, sin consultar, sin nada. Los especuladores de terrenos nos quitan la oportunidad de contar historias. Y más allá de eso, siempre hay preguntas por hacer.
La mirada sobre el Patrimonio debe ser dialéctica: por un lado, se trata del interés de algunos por preservar rastros del pasado que aún hoy afectan el modo en que miramos hacia atrás y las narrativas cotidianas con que nos enfrentamos a ello; por otro lado, se trata de una serie de discursividades que permiten analizar los restos arqueológicos en el contexto de unos orígenes y tampoco no hay que dejar de pensar en su particularidad teniendo en cuenta su lugar genuino de pertenencia y lo que esto puede susurrarnos: las huellas arqueológicas, entonces, no pueden separarse de su discurso propio ni de los sujetos de ese discurso, no pueden obviarse los grupos específicos a los que pertenecían -ni sus características, ni sus códigos culturales, ni sus lenguajes-, destruir los restos, a la hora de significarlos, implicaría enfrentarse a un objeto vacío, a una historia vacía, a arrancar las páginas del libro de la Historia.

La cultura del espacio público: patrimonio como bien común         
En 2018 nos encontramos inmersos en  el Año europeo del Patrimonio cultural, creado con el objetivo de promover en la ciudadanía los valores que subyacen en el patrimonio cultural y que lo hacen un instrumento fundamental del desarrollo de la sociedad europea:
1. Impulsar una metodología innovadora de formación en la activación del espacio público basada en un cambio de paradigma, incluyendo conceptos conocidos pero no consolidados, en la interacción entre la administración y la ciudadanía para la activación social, desde la cultura y la innovación, del espacio público y del patrimonio como bien común.
2. Apoyar a los colectivos ciudadanos y los ayuntamientos para intervenir en el espacio público con el objetivo de promover la real participación ciudadana en la activación del patrimonio y del espacio público con acciones culturales capaces de determinar su uso de forma colectiva gracias a la observación de buenas prácticas locales, nacionales e internacionales.
3. Apoyar la creación de entidades culturales basadas en la innovación social, con especial atención a las políticas de género, que, gracias a nuevos paradigmas metodológicos y a la nueva tecnología, sean capaces de participar de una red de co-gestión de espacios públicos y de patrimonio.
4. Participación de expertos que aporten las bases teóricos-prácticas de la activación del Patrimonio y espacio público desde lo cultural, económico, urbano y social;
5. Intercambio de experiencias con los expertos, técnicos, administradores públicos y sobre todo colectivos ciudadanos activos a nivel nacional e internacional;
Pero ese Año Europeo del Patrimonio Cultural paso de largo en nuestra tierra y nos quedamos esperando ‘el cambio’; ha corrido el 2019 y seguimos en la misma coyuntura?

Una reflexión:
En Huercal Overa ya existe un precedente de vocación ciudadana como colectivo ciudadano activo en el territorio, un ejemplo de lo que debe ser la sociedad civil organizada, pero también es necesario que los responsables políticos y técnicos, llamados en primer plano a dar respuestas a los nuevos paradigmas de co-gestión del Patrimonio y del espacio público, así como el mundo de la investigación, participen plenamente y con todas las fuerzas del poder universitario, de cara a individuar y colectivizar acciones existentes a apoyar iniciativas como las planteadas.
Este sitio arqueológico del castillo de Santa Bárbara fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento por la Resolución de 22 de junio de 1993 (código: 40530001). Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español. En 1993 la Junta de Andalucía otorgó reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Y éste es un primer paso para su consecución como elemento patrimonial puesto en valor mediante excavaciones arqueológicas previas y consolidación de estructuras para su visita interpretativa.


Y estas jornadas organizadas por la Plataforma Overa Viva son un ejemplo, en este caso un primer paso, para reflexionar y analizar en propuestas para la recuperación y puesta en valor del Patrimonio Arqueológico. Hay que asentar unas bases ya para que entre las distintas administraciones podamos trabajar conjuntamente como profesionales que somos en el campo del Patrimonio, a través de una puesta en común.
Un paisaje arqueológico ya desconfigurado por el paso del tiempo y de las transformaciones provocadas por el mismo, que ha llegado hasta nosotros, permitiendo deducir las motivaciones subyacentes que lo generaron, y una recreación idealizada con puntualizaciones que habría que afinar.

3 comentarios:

  1. Una muy interesante aportación al momento de la arqueología en Almería ante el reto del estudio arqueológico del Castillo de Overa. Gracias Domingo por tu colaboración.

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  2. Mucha suerte con este proyecto tan valioso para el patrimonio de Almería

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  3. Como coordinador de la Jornada sólo puedo tener palabras de agradecimiento a todos los ponentes y colaboradores. Es un punto fundamental en la recuperación del castillo de Overa y del Patrimonio histórico municipal. Gracias.

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