LA INMACULADA CONCEPCIÓN, NUESTRA PATRONA. |
Llena de gracia, María,
Purísima
Concepción,
Escúchanos,
en tu día,
Y venga a
nos tu bendición,
Da a estos
devotos la guía,
De buenos de
corazón
En esta
terrenal vía.
Recibe
nuestra oración
Humilde,
sencilla y pía,
Pedida con
devoción;
Intercede
por nosotros
Ante el
poder del Señor,
Para que no
estemos solos
Olvidados,
sin amor;
Ni de
soberbios, mirados
Con
menosprecio o rencor;
De
envidiosos, envidiados,
Ni
creadores de temor
Por alguien
considerados.
Haznos
piadosos, Señora,
Con los
humildes y honrados
Y con los
necesitados
Haznos
pródigos sin hora
Para poder
ayudarlos.
Virgen Santa
, de Murillo,
Excelsa
Madre de Dios,
Protégenos
del peligro
Del río o de
algo peor
Que pueda
sobrevenirnos
Y quiérenos
con amor
Propio de
madre a sus hijos,
Como -¡con
tanto dolor!-
Quisiste a
Dios, Jesucristo.
©
Salvador Navarro Fernández
******************************************
DE CÓMO INTERPRETÁBAMOS EL LATIN Y EL CASTELLANO CULTO ALGUNOS HABITANTES DE MI ALDEA, A TRAVÉS DE LOS RITOS RELIGIOSOS.
Cuando llegaba el mes de las flores, en Mayo, nos convocaban para hacer un
extraño y curioso viaje, que no nos alejaba mucho de nuestras casas. Unos más y
otros menos, sabíamos que había que ir a un sitio, todos juntos con ramilletes y
guirnaldas de flores, en especial rosas blancas, rojas o amarillas, porque así
lo decía el cántico mariano: “Venid y vamos todos, con flores a porfía”.
Desconocíamos dónde se encontraba “Porfía”, pero no cabía duda de que allí había
que ir; y en el siguiente verso del cántico, se precisaba que “con flores a
María”, repetido , “que madre nuestra es”. ¡Y a una madre había que obsequiarla
con lo mejor que uno pudiera…! Eso estaba claro.
La virgen de la Inmaculada visita todas las casas de la barriada de La Concepción. |
En la oración del Padrenuestro, al llegar a “venga a nosotros tu reino”
entendíamos que de algo bueno se trataba, pues todo un reino, para nosotros, no
podía ser perjudicial. Cuando se iniciaba la segunda parte, no entendíamos muy
bien qué decíamos con aquello de “danos de hoy”, por “dánosle hoy”, porque ese
leísmo con pronombre enclítico era demasiado fino para nosotros, los iletrados.
Pero, bueno, enunciábamos la oración, y nos quedábamos tan santos, o tan
panchos. En realidad, sonaba a “danos algo de comer”, que buena falta
teníamos.
No estoy seguro tampoco de que supiéramos qué sentido tenía “perdonar las deudas
así como nosotros perdonábamos a nuestros deudores”, ya que sabíamos lo que era
“tener trampas”, pero no, deudas. Ya, lo de “no dejarnos caer en la tentación”,
tal vez sí, aproximadamente, pues, por poco que se reflexionara, caerse no era
recomendable. Después, según Billy Wilder en 1955, la tentación se trasladó al
piso de arriba, con Marilyn Monroe, y llegaron a ser más fáciles de entender
algunas tentaciones de pecar.
La ermita de la Concepción es una de las más antiguas de Overa. |
Al recitar la letanía, teníamos claro que la respuesta a cada invocación a la
Virgen (dudo de que supiéramos que Virgo era Virgen), había que decir “Ahora, a
por Nobis”. Ni sabíamos quién era aquel Nobis, ni por qué había que ir a
buscarlo. Tiempo después, alguien aclaró, o vimos escrito “ora pro nobis”, pero
seguimos sin entender su significado hasta que, tras el Concilio Vaticano II,
tradujeron el latin al castellano y ya dijimos “reza por nosotros”. Pero no era
igual, había perdido el misterio y el encanto de la
musicalidad.
La Torre de David (turris davídica), Regina angelorum (Reina de los ángeles),
Refugium pecatorum (refugio de los pecadores), Virgo potens (Virgen influyente,
poderosa), Turris ebúrnea (torre de marfil) y otras muchas virtudes y
cualidades, aplicadas a María por quien dirigía la letanía, eran coralmente
acompañadas con aquel rotundo y plenamente en serio formulado “ahora a por
nobis” o “ahora por nobis”, que podía haber significado en aquel peculiar
lenguaje nuestro algo así como “hoy, por mí; mañana, por
ti”.
Debía de ser en la procesión del Corpus Cristi cuando yo he oído, tras el
“Perdona a tu pueblo, Señor”, un trabalenguas similar a esto: “Nuestre
setrenamente ennojadddo”, haciendo énfasis en la sílaba “ –do”, aunque pocas
veces mis paisanos pronunciaran así el final de estos participios (decíamos,
normalmente, “ennojao”). El “no estés eternamente enojado” era dicho por los
más instruídos. Pero todos éramos muy devotos y
circunspectos.
No teníamos ni idea de lo que decíamos en latín, hasta que nos aclararon las
cosas, pasándolas al castellano, Juan XXIII.
Oráculo de Pura, un lugar entrañable de La Concepción (Overa). |
De todas formas, tenía más atractivo, era más sugerente y misteriosa –que, a
fin de cuentas, a misterio se reduce- la misa, dicha en latín. Porque, además,
en ocasiones, sigue siendo incomprensible. Por ejemplo -aunque también se decía
así en latín-: ¿Por qué tradujeron “El señor esté con vosotros; y con tu
espíritu” siendo así que decimos “vosotros”, la respuesta lógica sería “y
contigo”, no “y con tu espíritu”. “Et cum espíritu tuo” sonaba a música de
clarinete o algo así: espiri-tu-tu-ó.
Desde luego, suena muchísimo mejor “ Agnus dei, qui tollis peccata mundi
//miserere nobis” que “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo//ten piedad
de nosotros”, dicho en la letanía del rosario.
¿Supimos pronto lo que decíamos al llegar al confesionario diciendo “Ave, María
Purísima” (“salud, María purísima”)? Yo creo que nunca,
jamás.
¿Y con lo de María Inmaculada? Desconocíamos qué era una mácula, y, por lo
tanto, no íbamos a saber qué era algo sin mácula. Luego, tampoco sé si hemos
aprendido que Inmaculada significa que no tiene mancha, tacha, pecado o culpa
alguna.
¿Y cuando nuestras hermanas cantaban a coro, con voz más o menos impostada o en
falsete “Salve, Regina, mater misericordiae”? Era la misma salve que luego se
rezaba en castellano “Dios te salve, Reina y Madre de misericordia”, pero no lo
parecía, no lo supimos, creo que nunca.
FIESTAS COMUNITARIAS Y DE PARTICIPACIÓN... UN EJEMPLO A SEGUIR EN LA COMARCA. |
¿Y cuando formulábamos aquel juramento de confirmación de ser cristianos “Yo
renuncio a Satanás, a sus pompas y a sus glorias…”? ¿Qué pompas eran aquéllas?
No sabíamos que eran lujos, riquezas, vanidades o solemnidades, sino que
parecían esferas de jabón líquido multicolores, irisadas.
En el “Gloria Patri”, al llegar al “in saecula saeculorom”, era inevitable
sonreírse, pues algunos pensábamos en una caída de alguien, golpeando el suelo
con las posaderas, ¡y tampoco venía a cuento en un rito religioso tan
solemne…!
Una pena que desapareciera el cuadro de La inmaculada |
Con lo del “Sursum corda”, como en la vida normal se aludía a algo muy poderoso
(“¡Eso lo va a hacer el Sunsuncorda!”-se decía), cuando lo pronunciaba el cura
para decir “Levantemos el corazón” nos parecía fuera de lugar, vamos, que no
pegaba eso del “sunsuncorda” que a nosotros nos sonaba casi a blasfemia. ¡Qué
imaginación! Y todo por el simple hecho de no saber latin, ¡qué
cosa!
Nunca supimos, entonces, por qué se llamaba rosario a aquel rezo de misterios
gozosos, dolorosos y gloriosos, pero la palabra misma “misterio” ya nos atraía.
Desconocíamos igualmente que la “Intemerata” era la “pura”, la “sin mancha”, o
sea, La Virgen (decíamos: “Le cayó la Intemerata”, para dar idea de que había
recibido algo muy grande). Y, además, el rosario de cuentas no parecía tener
nada que ver con otra cosa sino consigo mismo: una ristra de bolitas que servían
de guía en el rezo. Ya, más tarde, supimos que “rosario” era corona de rosas, de
las cuales, las hojas verdes eran los misterios gozosos, las espinas, los
dolorosos y las rosas los gloriosos. ¿Y por qué no lo dijeron entonces…? ¿Era
tan importante mantenerlo todo con tanto misterio? Se ve que
sí.
La ermita de la Concepción un lugar para vivir la calidad de la tranquilidad y la buena gente... |
En el “Señor mío Jesucristo”, se oía decir: “Señor mío Jesucristo, yo soy hombre
verdadero”, o sea, un hombre que decía la verdad, que no mentía, y, por lo
tanto, no pecaba, que era lo que se le pedía.
En el “Yo, pecador”, del catecismo del Padre Ripalda, hacia la mitad de la
Confesión general, se decía “Por tanto ruego” sin una triste coma en medio, y
acababa uno entendiendo que aquello que decía era por una buena cantidad de
ruegos, cuando, en realidad quería significar que como había pecado, por eso
rogaba que le perdonaran. ¡Un verdadero lío, vaya!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
SI DESEAS PUBLICAR COMENTARIO, identifícate y cumple con el código deontológico de Overa Viva. No ataques a nadie, se educado y realiza críticas constructivas.