En el ciclo
festivo de la Semana Santa se celebra en Overa una tradición que ha perdurado a
lo largo de los años; hablamos de la Noche del Álamo. Es una costumbre en la
que los protagonistas son hombres, sobre todo los más jóvenes de la localidad.
Tiene lugar en la madrugada del Domingo de Resurrección o domingo de las meriendas.
Consiste en colocar ramos en las
ventanas de las chicas solteras. Y, claro, el mejor y más grande de los ramos,
un majestuoso álamo se le planta a la Virgen (a cada una de las vírgenes de los
barrios de Overa: Los Menas, El Pilar y la Concepción).
Noche del Álamo en Overa. Alameda junto al río. Urge una replantación de álamos. Fotografía Ana Mª. García Díaz |
Los
orígenes de esta festividad se remontan a las costumbres paganas que festejaban
la prosperidad y la fertilidad, y exaltaban la llegada de la primavera. La
asimilación del cristianismo de multitud de fiestas paganas que se profesaban
con anterioridad a su implantación, y que pasaron a ser fiestas religiosas en
honor a la Virgen María, podría ser la causa de que esta tradición haya llegado
hasta nuestros días. Otra causa podría ser la repoblación de Overa tras la
expulsión de los moriscos en el siglo XVI por gente del norte de España,
concretamente de Aragón, tal y como se recoge en los libros de Apeo de la
época. Pues en la actualidad en muchos pueblos del pirineo encontramos
similitud con la “Noche de Álamo” y la costumbre popular de estos de “Plantar el
Mayo”.
Esta
costumbre ancestral está vinculada a los pueblos de tradición agrícola, por lo
que es compartida por varios pueblos de la provincia de Almería. Además de
Overa se celebra con algunas variantes en El Hijate, Bayárcal, Huércal de
Almería, entre otros.
La
celebración de esta arraigada tradición en Overa comienza con la reunión de los
hombres más jóvenes del pueblo, en un lugar común, que generalmente suele ser
un bar del pueblo. A partir de las doce de la noche, al grupo inicial se van
sumando nuevos participantes para este ritual. Durante este encuentro que puede
durar horas, se suceden momentos de complicidad, diversión y buena armonía
entre los chicos. En otros tiempos aprovechaban esta noche para realizar trastadas
como cambiar las macetas entre vecinas enfadadas entre sí, pasearse en el carro
del vecino con peor genio, poner paleras en la entrada de las casas, etc… La
imaginación no tiene límites y cada año se superan las pequeñas gamberradas con
el jolgorio del vecindario.
Noche del álamo en Overa. Grupo de jóvenes cortando el álamo más adecuado para ponérselo a la Virgen. Fotografía David Diaz Parra. |
Bien
entrada la madrugada, cuando el pueblo permanece dormido, este grupo de jóvenes
que varía en número según el año, se desplaza hasta el río con hachas,
linternas, serruchos y otros materiales para cortar el álamo más adecuado,
alto, frondoso, recto, etc. Una vez finalizada su hazaña, éste es portado a
hombros hasta depositarlo a la Virgen, en la entrada de la plaza de la iglesia.
Allí, hacen el agujero que apisonaran bien hasta que quede levantado y bien
recto. En todo este tránsito las bromas y el buen humor se suceden entre los
integrantes de la Colla del álamo; es noche de chistes, chascarrillos, trasgresión…
Tras este primer y más grande álamo
que se ha colocado a la Virgen, los jóvenes se disponen a coger ramas de álamos
y llenar las ventanas de las casas donde viven las chicas que pretenden o que
ya son sus novias. Las hay afortunadas que tienen más de un pretendiente, y
pueden encontrarse en sus ventanas más de una rama de álamo a la mañana
siguiente. Pero también hay otras menos afortunadas a las que ningún chico les
dedica esta atención o aprovechan para gastarle una broma colocando en lugar
del álamo una rama de “gandul” (árbol de flores amarillas que crece a la orilla
del río y que tiene un significado despectivo). Broma que deberán afrontar con
filosofía y buen humor. Públicamente quedarán como que no tienen ningún chico
que las ronde. Tradicionalmente el ramo
podía tener otras variantes como un ramo de sabrosas naranjas, de limones,
dulces de Cantoria e incluso aparecer en el ramo alguna carta de amor del
enamorado. Todo con el fin de agasajar a la pretendida y buscarse el
beneplácito de la familia.
A la mañana siguiente, se
vislumbra el nerviosismo en las caras de las chicas de Overa -¿tendré algún ramo? ¿Quién me lo habrá
puesto?- Estas y otras preguntas rondan su cabeza antes de salir a la
puerta de su casa nada más levantarse.
Hasta
hace pocos años, esta tradición que se celebraba de forma generalizada en toda
Overa, se conservaba sólo en Los Menas. Pero en la actualidad se está
recuperando en el resto de barriadas (La Concepción, El Pilar…). Aunque cada
vez está siendo más difícil encontrar un ejemplar de álamo, pues corrían otros tiempos
cuando en Overa los álamos abundaban, y las alamedas verdeaban por toda la
localidad.
Antaño esta noche era una de las
pocas oportunidades para que el enamorado se declarara y comenzara una bonita
amistad o una relación. Este ritual simbólico era tan importante para ellos, para
mostrar sus intenciones, que una vez puesto el ramo a su chica (competían para
ver quién lo ponía más grande), se pasaban toda la noche guardándolo por si otro
pretendiente iba a quitárselo; lo cual era frecuente y una muestra más de
las bromas de la noche del álamo en
Overa. Hoy día esa necesidad relacional no existe. Los jóvenes tienen multitud
de ocasiones para relacionarse, pero el rito es tan bonito que sigue motivando
a los jóvenes a continuarlo y trasmitirlo.
Por todo lo dicho anteriormente,
es importante conservar esta tradición que significa practicar nuestras
costumbres, hábitos, formas de ser y modos de comportamiento. Mediante la
transmisión de nuestras costumbres y tradiciones, intentaremos asegurar que las
generaciones jóvenes den continuidad a los conocimientos, valores e intereses
que nos distinguen como grupo y nos hace diferentes a otros.
Este conjunto de saberes y
experiencias que vamos transmitiendo de generación en generación, por
diferentes medios, hace que los niños aprendan de los adultos y los adultos de
los ancianos. Aprenden de lo que oyen, de lo que ven y experimentan por sí
mismos en la convivencia cotidiana. Es así, como en la actualidad se sigue
celebrando la "NOCHE DEL ÁLAMO EN OVERA".
***
BIBLIOGRAFÍA
- Todos y cada uno de los informantes que han facilitado la
realización de este artículo, junto con las vivencias de la autora del mismo:
-Blas Pardo
-Pedro Parra
-Ginés
Bonillo Parra
-Antonio
García Castelló
…y una interminable lista de personas solícitas a prestar su
colaboración y estar siempre a mi lado, a las que desde aquí, transmito mi
eterno agradecimiento.
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