Los vecinos inician los trámites para que sea declarado Fiesta de Interés Turístico y Cultural
Últimos días de carnavales de la comarca del Levante, algunos más conocidos como el de Cuevas del Almanzora, con histórica tradición por sus máscaras, ironizando los acontecimientos del año, pero también hay otros además de este gran conocido, otros de gran importancia y quizás menos nombrados, como puede ser el de Overa, pedanía huercalense. Sus gentes, los ciudadanos de Overa, están empeñados en que estos carnavales también sean de gran fama, con argumentos interesantes sobre la mesa y con una plataforma, Overa Viva, que ya ha iniciado los trámites para promover la declaración de los Carnavales de Overa como Fiesta de Interés Turístico y Cultural. En primer lugar presentará esta propuesta al Ayuntamiento de Huércal-Overa, para con su colaboración presentar la propuesta ante todas las instancias provinciales y autonómicas.
EL ABRAZO DEL PELOTERO |
«Este Carnaval tiene una importancia muy grande en las tradiciones andaluzas, siendo el único de estas características que aún pervive con toda su fuerza y vistosidad. Especialmente sus 'Máscaras de camisa o Peloteros' de origen muy antiguo que forma parte , desde el año pasado, del Atlas de Patrimonio Inmaterial de Andalucía, como una de las manifestaciones más importantes de los carnavales en nuestra comunidad», explica Ana María García, co-directora de este foro 'Overa Viva'. «Algunas de estas manifestaciones estaban perdiéndose o desviándose de sus bases esenciales, hecho que derivaría en la pérdida de su singularidad, de sus señas de identidad. Por todo ello Overa Viva y un gran número de amigos y vecinos se han puesto manos a la obra para recuperar, mejorar y dar esplendor a este fantástico Carnaval», continúa García.
Manifestaciones
El Carnaval de Overa tiene unas peculiaridades que se basan en varios elementos. Éstos son: 'Máscaras de Camisa o Peloteros', cuyo disfraz consiste en una camisa blanca, sujeta por una cuerda o cinturón ensartado de muchos cencerros; la cara cubierta con una careta de cartón y la cabeza tapada con un pañuelo. Las piernas y brazos eran ennegrecidas con un tizón (palo a medio quemar). Debajo de la camisa, unos calzoncillos y es muy probable que en otros tiempos, no llevaran nada. De ahí el nombre de peloteros: por andar en pelotas. Como preámbulo de la fiesta, se comen un cordero acompañado de un buen vino (comida de hermandad). En esto conectan con los orígenes y como dice un amigo 'la danza sale de la panza'. Después el rito de vestirse, los encuentros entre grupos y las competiciones de cencerros, son momentos especiales para demostrar la fiereza, fuerza y virilidad de cada grupo y de cada pelotero. Y la prestancia, tamaño y sonido de sus cencerros, moviendo rítmicamente sus caderas. Y a recorrer las calles de Overa buscando mozas para abrazarlas, correr los caminos de un barrio a otro, uniéndose con las mascaras de camisa o peloteros de los demás sitios y haciendo la fiesta comunitaria, alegre, efusiva. Las mujeres cada vez se esconden menos y participan más activamente de la fiesta. En la mayoría de los casos no sólo son abrazadas sino que también son aupadas. No sería extraño que en pocos años también las mujeres se vistan de máscaras de camisa y ayuden a mantener y actualizar la tradición.
DESDE PEQUEÑOS SE PARTICIPA Y APRENDE EN EL CARNAVAL DE PELOTEROS |
Otra forma de este especial carnaval son las 'Mascaricas de Curucurú' se caracterizaban por la ocupación masiva de las calles que unida al anonimato convertían a esta manifestación carnavalesca en la fiesta popular por excelencia y en un reflejo de las mismas gentes que la impulsan y acogen. Era el día de abrir las arcas y sacar ropas antiguas, con ellas se caracterizaban para su puesta en escena y dejaban volar su creatividad e imaginación. La cara se la cubrían con una media o con un pañuelo con orificios para los ojos y boca (en algunos casos se pintaban la cara con azulete). La voz era otro elemento a enmascarar para evitar ser reconocidos. «¡¡¡Curucurú... que no me conoces tú!!!».
Por otro lado, las 'Comparsas' que intentan demostrar el lujo y poderío de una comunidad; y finalmente 'Los Osos' cuya recuperación es urgente, según explica Ana María García, «porque es una tradición muy antigua, que salía en la Noche de Las Lumbres y en el carnaval. Cada grupo de osos estaba formada por el osero (hombre fuerte y rústico) que sujetaba con dos gruesas cuerdas a dos enormes osos (se trata de un disfraz con dos zaleas, pieles de oveja o carnero curtidas de manera que conserven la lana y las orejas del animal. No llevaban cencerros y también se tiznaban las piernas y los brazos. Paseaban las calles buscando mozas para abrazarlas, utilizaban para ello la sorpresa y el sigilo».
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