Y llegó el fatídico día, el día
que tenía que abandonar Overa por motivos de trabajo...
Me vinieron a la cabeza
innumerables recuerdos. Aquellos días, en que yo era una cría y esperaba
ansiosa a que llegase el mes de Julio, pasadas las fiestas de Llavaneras, donde
mi padre estaba a punto con la furgoneta. Y ahí nos metíamos mis hermanos, mis
padres y yo... y los colchones. Colchones que nos hacían el viaje más ameno puesto
que circulábamos por la nacional (en aquellos tiempos no existía autopista...¡¡qué
tiempos aquellos!) y el viaje duraba unas diez horas. Y yo en el viaje miraba
por la ventana, ansiosa sin dormir, preguntando: ¿ Papa cuánto falta? Y así
pasábamos Tarragona, Valencia, Murcia y cuando veía la fábrica de el Pozo me
ponía contenta, y no por los chorizos, sino porque faltaba poco para llegar.
Hasta que por fin llegaba al Hostal Andalucía o al Hostal Overa. Puesto que en
aquellos tiempos la casa de Overa estaba alquilada, que cosas de la vida estaba
alquilada al Uribe, hoy gran amigo de mi padre y compañero de aventurillas que
corren por el pueblo.
Sandra delante de su Virgen de la Soledad |
Además me vinieron a la menta
las fiestas de Overa, impresionantes fiestas para un pueblo tan pequeño, que en
aquellos días lo daba todo por su gente e intentaba que aquellos días fuesen
inolvidables. Y como no, los autos de choque, los dulces y el baile de las
sevillanas en la puerta de la iglesia.
Pero aunque me tuve que ir por
motivos de trabajo yo sabía que volvería y que además Overa estaría en mi
corazón .
Y así ha sido, un año y medio
motivos que
voy a intentar enumerar algunos de ellos.
Por la gente del pueblo, que
tan bién se ha portado conmigo y, después de mi marcha, he continuado yendo a Overa por muchísimos en especial la familia Francisco y Juana la
modista e hijos, que desde que dejé mi vida en Barcelona para afincarme en
Overa, por allá en el 2004, me trataron como a una hija, haciéndome partícipe
de su familia, consolándome cuando los necesitaba, ayudándome siempre….estando
allí para lo que necesitara. Una segunda familia, eso es lo que han sido y
siempre serán. Y este ha sido uno de los grandes motivos por los que he vuelto
a Overa y siempre volveré.
Sandra es amante de colaborar en todas las inicitivas que hacen Overa más grande. |
Pero hay otras muchas más.
Principalmente que mis padres se han trasladado a vivir a Overa, y las
tradiciones del pueblo que me fascinan y que sólo las he vivido en Overa. Como
son los carnavales, y vaya carnavales, inigualables donde todo el mundo dedica
muchísimo tiempo para este evento, poniendo todo su corazón y arte en los
disfraces que se confeccionan, en las comparsas…que hace que sea una festividad
única e inigualable, que no tiene nada que envidiar a los carnavales de Brasil.
Y como no, no puedo dejar de nombrar, la salida de la virgen hacia el Pilar y
la vuelta, al cabo de dos días a Overa. Y el mayor privilegio, honor que me han
brindado la gente de Overa, y que hace que sea un día especial e ineludible, es
el 29 de Julio, el día de la Virgen de la Soledad, y que puedo llevar a la
virgen en mis hombros. Y no me puedo olvidar de mi compañía de teatro la “Cotorra”
que me ha permitido conocer muchísima gente más de Overa, que son amigos y que
saben que me tendrán para lo que necesiten, aunque sea en la distancia, y que
me hacen sentir en familia y que saben que haré las mil y una virguerías en mi
trabajo para estar con ellos cuando me necesiten.
Y, otro de los muchos motivos,
es las noches de verano en la Era del Horno donde nos reunimos mis vecinas;
Luisa, Mari Tere, Lola, Juana, Dolores e Isabel Valera pasando unos ratos
gratos, divertidos, contándonos historias que hacen que el tiempo pase volando
y nos recojamos de madrugada.
Pero, yo sé, que algún día
volveré, no sé si montando el negocio que un día pensé llevar a cabo en mi
pueblo, a Overa me refiero, porque para mi es mi pueblo. El negocio que tenía
pensado para la juventud pero que no pude llegar a cabo por falta de oferta de
locales en el pueblo, o porque la maldita crisis se marche, y se consigan crear
más puestos de trabajo, porque yo creo que Overa es un gran pueblo con una gran
gente que si muchísimas personas lo conocieran seguro que establecerían su
residencia en él.
Sandra eres especial. Tu llevaras a Overa en tu corazón pero nosotros te llevamos a ti en el nuestro. Siempre serás parte de la era del horno por muy lejos que te encuentres, aunque yo pienso como tu y espero que en un tiempo no muy lejano te encuentres de nuevo con entre nosotros . TE QUEREMOS
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